PAUL GIAMATTI: CASCARRABIAS, PERO UN PROFE PARA RECORDAR

Procedente de una dinastía catedrática, el destino del actor Paul Giamatti parecía estar en las aulas.

Como sucede en la vida real, el destino lo llevó por un camino diferente, uno que ahora le permite tener noches gloriosas cenando hamburguesas en un restaurante de fast food, con un premio en la mesa.

Y gracias a la ficción del séptimo arte, Giamatti, de 56 años, se acercó a la labor de impartir conocimientos a través del profesor Paul Hunham, el protagonista del drama Los que se quedan (The Holdovers, por su título original), disponible hoy en carteleras del país.

Todos en mi familia, mis padres y abuelos, fueron maestros, entonces, al crecer había una parte de mí que asumió que lo sería, pero no lo hice. Y sí pensé en regresar y obtener un grado en pedagogía, pero no sé qué habría hecho, porque actuar era lo que realmente deseaba. Si me hubiera dedicado a la docencia sinceramente no sé si hubiera sido realmente bueno o si hubiera querido dedicar toda mi vida a un sólo tema, así que no hacía sentido para mí”, compartió Giamatti en entrevista con medios internacionales, incluido Excélsior.

Bajo la dirección de Alexander Payne (Entre copas), el maestro Hunham imparte cátedra en una escuela de Nueva Inglaterra. Aun siendo un hombre cascarrabias y obligado por su institución, acepta pasar las vacaciones navideñas cuidando a un grupo de estudiantes que no tienen a dónde ir, convirtiéndose en una convivencia difícil.

Pero que sorteará ésta, al descubrir un vínculo especial con un estudiante, Angus, (Dominic Sessa) y la jefa de cocina del colegio, Mary Lamb, (Da’Vine Joy Randolph), quien acaba de perder a su hijo en la guerra de Vietnam.

La película resalta que los opuestos se atraen de algún modo, pero es diferente, porque, creo, al final tienen todo en común y son precisamente esas cosas que nos vuelven locos de las que debemos aprender y necesitamos conectar. Tiene todo el sentido para mí.

En la película, los dos personajes (Paul y Angus) se irritan por convivir de la forma incorrecta, claro que tienen cosas que no coinciden, pero también otras que sí y eso les permite abrirse entre ellos de una forma linda, divertida y para descubrir que no son tan diferentes como pareciera”, destacó Giamatti.

Su experiencia personal en el colegio fue algo parecida a la de ambos personajes. Y lo recuerda con mucha nostalgia.

Había un maestro en mi escuela que no era para nada como éste, de hecho era un tipo bueno en todos los sentidos. Yo fui a una de estas escuelas que son complicadas (The Foote School, de corte privado), pero ahí estaba ese maestro, con quien todavía hablo.

Es un señor ya grande, y no era para nada como Paul, y aunque no puedo pensar en un problema en específico con el que estuviera lidiando, sólo me sentía deprimido y enojado como cualquier otro adolescente, y él era un tipo noble, te llevaba a un lugar bueno, te ayudaba siendo una influencia bondadosa y, de hecho, me motivó, empecé a actuar en mi último año y él fue quien identificó que esto era algo en lo que era muy bueno y realmente me impulsó a alcanzar mi sueño”, rememoró.

El largometraje fue, en sus palabras, un doble regalo por representar el reencuentro con Payne. La dupla alcanzó en 2004 la gloria gracias a Entre copas, filme reconocido con el Oscar a Mejor guion adaptado y alcanzó cuatro nominaciones más.

Dos décadas después la historia parece repetirse, pues la película pinta como favorita a alcanzar varias nominaciones, sobre todo como Mejor película, Mejor actor y Mejor actriz de reparto, en la próxima entrega de los premios de la Academia, a realizarse el 10 de marzo.

Hasta ahora, Giamatti se alzó con el premio como Mejor actor de drama en los Critics Choice Awards y Da’Vine Joy, Mejor actriz de reparto en los Globos de oro y la noche de los críticos.

Fue muy interesante, porque Alexander dirigió esta película de una manera muy diferente, no necesariamente porque cambió, sino porque es algo muy diferente, se ambienta en los años setenta y el ritmo es distinto, pero es el mismo tipo y su acercamiento fue muy relajado y divertido.

Por mi parte, no sé si cambié en mi manera de actuar, supongo que también, porque me sentí más en control de algunas cosas y creo que soy mejor, espero, pero definitivamente me sentí mucho más relajado”, explicó.