ATLAS, SUMERGIDO EN LA MEDIOCRIDAD TRAS CAER ANTE QUERÉTARO
El ocaso del Atlas se hace cada vez más evidente en un torneo que solo ha traído decepciones y desánimo para la afición rojinegra. Con la derrota 3-2 frente a Querétaro este domingo en el Estadio Jalisco, el equipo suma ya ocho partidos consecutivos sin conocer la victoria, una racha negativa que parece no tener fin.
El encuentro contra Querétaro representaba una oportunidad para revertir la mala racha, pero Atlas se mostró una vez más como un equipo desangelado y falto de actitud. A pesar de tomar la delantera en el marcador con un gol tempranero de Jhon Murillo al minuto 3 y otro de Luis Reyes al 33’, el equipo no supo mantener la ventaja y terminó cediendo ante la presión del rival.
La mediocridad que ha caracterizado el desempeño de Atlas en este torneo no solo se refleja en los resultados, sino también en la falta de solidez defensiva y disciplina en el campo. La expulsión de Anderson Santamaría, la octava tarjeta roja para el equipo en lo que va del torneo y la tercera para él, es un claro ejemplo de la indisciplina que prevalece en el equipo.
Los goles de los Gallos Blancos, anotados por Samuel Sosa al minuto 30, Pablo Barrera al 69’ por la vía del penal y de Edson Ayón al minuto 93, le dieron forma a un marcador catastrófico para Atlas.
El penal fallado por Jordy Caicedo en los minutos finales del partido fue el golpe final para una afición desilusionada, que abucheó de manera unánime al jugador y clamó por la salida del entrenador Beñat San José. Los gritos de «fuera Beñat» resonaron en el Estadio Jalisco, junto con el lamentable regreso del grito homofóbico que empaña aún más la imagen del equipo.
Con solo 10 puntos y ubicado en el lugar 15 de la tabla general, Atlas se encuentra en una situación crítica que exige una reacción inmediata si aún aspira a mantener alguna esperanza de clasificación. Sin embargo, con un equipo desmotivado y un cuerpo técnico cuestionado, el futuro del Atlas en este torneo parece cada vez más sombrío.
El próximo partido, el domingo 7 de abril, será una nueva oportunidad para Atlas de intentar enderezar el rumbo, aunque las expectativas sean mínimas y la presión sobre el equipo y su entrenador sea cada vez mayor.
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