VENUSTIANO CARRANZA, EL LECTOR
Antes de salir de su casa con rumbo a Veracruz para establecer su gobierno provisional, “El primer jefe” de la Revolución, Venustiano Carranza, tomó cuatro libros de su biblioteca para leer durante el viaje. Dos de esos títulos, recuperados hoy, integran el acervo personal del personaje resguardado por el Museo Casa de Carranza.
Los incas o la destrucción del Imperio del Perú, de Jean Marmontel; México considerado como nación independiente y libre, o sean algunas indicaciones sobre los deberes más esenciales de los mexicanos, de Tadeo Ortiz; la Vida de Agustín de Iturbide. Memorias de Agustín de Iturbide, de Carlos Navarro y Rodríguez; y Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, fueron los libros seleccionados por Carranza.
Tras el asesinato del coahuilense en la Sierra Norte de Puebla, el 21 de mayo de 1920, los libros no fueron localizados. Ya en la década de los 40, comenzó a reunirse el acervo bibliográfico personal de Carranza durante la planeación de la creación de un museo dedicado a honrar su memoria.
La hija mayor del revolucionario, Virginia Carranza Salinas, donó 839 libros pertenecientes a su padre. Sin embargo, dos de los cuatro libros extraviados (los de Carlos Navarro y Mateo Alemán) fueron recuperados hasta 1943 e integrados a la colección del museo, donde actualmente se exhiben como parte de la recreación del despacho del líder constitucionalista.
Desafortunadamente no sabemos qué pasó con los otros libros; pero los dos que tenemos, poseen lo que parece ser manchas hemáticas, lo que puede indicar que tal vez los tenía consigo al momento de su asesinato, porque Carranza era un asiduo lector”, explicó en entrevista la directora del Museo Casa de Carranza, Karla Jaqueline Peniche Romero.

