TRES MUJERES EN EL ARTE ADVIERTEN SOBRE LA DESHUMANIZACIÓN

Son las memorias de tres mujeres reflexionando sobre su tiempo”. Así define el curador Emmanuel Razo la exposición Las memorias del porvenir, que reúne una treintena de obras de las pintoras Estrella Carmona (1962-2011) y Laura Quintanilla (1960), y de la fotógrafa Lourdes Almeida (1952).

En el marco de su 30 aniversario, la Galería Óscar Román pone a dialogar a tres creadoras que, “con un compromiso exhaustivo de investigación y reflexión artística”, critican el avance de la sociedad hacia la deshumanización, la violencia y las armas; y abordan desde los años 90 del siglo pasado temas como la inteligencia artificial, la ciencia, la alquimia, el espíritu y el cuerpo.

“Las tres cuestionan a una sociedad regida por el patriarcado. La figura humana es recurrente en su obra. Y ese porvenir que recrearon desde hace 30 años es el presente actual”, afirma Razo en entrevista con Excélsior.

Las tres han defendido sus preceptos y han luchado ante todo. Incluso ante un público difícil y los coleccionistas que apenas las están valorando. Proponemos releerlas para ver que son contemporáneas, que su obra sigue vigente”, agrega el galerista Óscar Román.

Carmona dejó un legado extraordinario. Es una de las artistas de las que aún falta mucho por decir. Si bien las tres tienen una trayectoria estupenda, plásticamente las une el posmodernismo”, añade el promotor cultural.

Razo aclara que la idea de la muestra, que permanecerá en exhibición hasta finales de mayo, surgió de la convergencia de las tres artistas en la historia de la galería a partir de 1990.

La obra expuesta parte de esta fecha hasta 2011, en el caso de Carmona, y hasta 2021 en el de Quintanilla y Almeida. Es una revisión de 30 años de trabajo que nos permite enfatizar que la obra, más que un objeto estético, es también portadora de significado y reflexión sobre la vida y la realidad”, indica.

El historiador del arte destaca que las preocupaciones temáticas las vinculan. “Para Carmona, la obra de arte en sí es una forma de acceder al conocimiento, porque se convierte y se reviste de una memoria sensible, racional, creativa, capaz de trascender en el tiempo; que nos permite ver al creador en ese momento. Ella echa luz sobre distintos avances y transformaciones culturales, y sobre el futuro de la humanidad”.

Señala que es sumamente interesante la reflexión sobre el poshumanismo en Carmona y Quintanilla. “Ellas inician en 1990, cuando estábamos pasando por distintas transformaciones. Sus pinturas permiten volver a mirar estas reflexiones con conceptos de futuro que se han ido modificando. Plantean la pregunta de a dónde vamos”.

Razo detalla que Carmona buscaba una sustentación filosófica en su obra. “Decía que sus piezas eran postulados. Se vio influenciada por José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros al abordar de manera crítica el progreso. Su obra es gestual, muy expresiva, con fuerza. Es una artista que no debemos olvidar, porque su advertencia sobre la guerra y la deshumanización está ahí”.

De Quintanilla, el especialista piensa que su propuesta se refleja en una cuestión simbólica desde los materiales. “Trabajar con la encáustica nos lleva milenios atrás, con una técnica que se dejó de usar cuando aparece el óleo; y la incorporación del chapopote habla de un presente que se reconfigura cultural e históricamente”.

Y sobre la fotografía de Almeida considera que “habla de una mujer que está en constante indagación. Impresión cromogenia, impresión en aluminio, en tela, su exploración en polaroid; vemos una inquietud por la materialidad de la imagen.

También realiza una reflexión constante de las transformaciones culturales. El torso masculino muestra la sensualidad de una mujer. Vemos la presencia de quimeras, en la que el hombre tiene un objeto femenino; discute los patrones patriarcales. Su obra es una síntesis del imaginario colectivo”, concluye.

Ambos entrevistados invitan a los coleccionistas mexicanos a adquirir obras de artistas mujeres, porque ofrecen “una mirada diferente y única”.