SE INUNDA NUEVAMENTE LA REGIÓN DE LOS TUXTLAS

Nada bien la pasaron durante la Navidad en la región de Los Tuxtlas los pobladores de la comunidad La Palma, quienes por las lluvias del nuevo frente frío se volvieron a inundar y acabaron con lo poco que habían rescatado de la reciente inundación que habían vivido el pasado fin de semana.

Las lluvias provocaron una creciente en ríos y arroyos de la región, que provocaron que la comunidad Chimalpais, del municipio de Ángel R Cabada, también resultara inundada. Los vecinos reportaron la desaparición de Panuncio “N”, quien intentaba atravesar una fuerte corriente a caballo y fue arrastrado.

El episodio dejó al descubierto un patrón que se repite en la zona: desbordamientos súbitos, falta de información oficial y pobladores obligados a enfrentar la emergencia con sus propios medios.

En la comunidad de La Palma, las lluvias acumuladas desde días previos terminaron por desbordar arroyos y anegar caminos. Las familias reportaron afectaciones en viviendas y la interrupción de actividades comunitarias, incluidas las celebraciones navideñas, que quedaron suspendidas ante el riesgo de nuevas crecidas.

En Cabada, el desbordamiento del río Tecolapan inundó localidades como Chimalpai, Rinconada, Escobilla y El Trópico, donde varias viviendas quedaron bajo el agua y el lodo. En esta última comunidad, habitantes reportaron daños en al menos seis casas y la pérdida de enseres domésticos.

Elementos de la Sedena activaron el Plan DN-III-E para realizar recorridos y apoyar en evacuaciones preventivas. Sin embargo, la población señaló la ausencia de comunicación clara por parte del ayuntamiento, lo que incrementó la incertidumbre durante las horas críticas.

Los eventos en Cabada y La Palma confirman una tendencia que ha marcado este año en Veracruz y que es la falta de infraestructura que sea eficiente para contener avenidas de agua cada vez más violentas.

Además, el silencio o la tardanza institucional, especialmente a nivel municipal, es más elocuente en momentos en que las administraciones municipales están a punto de concluir su periodo y se desentienden de lo que todavía les corresponde atender, por lo que son las propias comunidades las que comienzan a organizarse para evacuar, resguardar pertenencias y abrir paso en caminos afectados.

La región de Los Tuxtlas, con su geografía de ríos, laderas y cuerpos de agua, enfrenta un escenario de vulnerabilidad creciente ante lluvias intensas que ya no son excepcionales, sino recurrentes.

Para muchas familias, las inundaciones no solo representan pérdidas materiales, sino también la interrupción de rituales comunitarios y momentos significativos del calendario. La coincidencia con las festividades decembrinas dejó una sensación de fragilidad y desamparo que se suma a la preocupación por lo que pueda venir en la temporada invernal.