RAUW ALEJANDRO REGRESA A MÉXICO CON COSA NUESTRA WORLD TOUR

El show de Rauw Alejandro en una experiencia única.

Cosa Nuestra World Tour, la gira con la que el puertorriqueño regresó a la Ciudad de México, donde conquistó a 18 mil personas con el primero de los cinco shows que ofrecerá en la capital del país, contó una historia de principio a fin con su música, escenografía y un homenaje al Día de Muertos.

Tras un video en el que se ve a dos mafiosos de los años 60 luchando de coche a coche y terminar en una colisión, Rauw Alejandro apareció en el piso del escenario, en personaje, donde remató al villano que le disparó en el video. Bang, bang, bang, bang, cuatro detonaciones acabaron con el malandrín, y Rauw, con sombrero de ala ancha y la cara pintada como un catrín del Día de Muertos y acompañado por tres bailarines, dio vida a Punto 40.

El catrín, quien dio unos pasos en el escenario, saludó a sus fans. “Ciudad de México”, arrancando el alarido de sus seguidores que lo alimentaban con su euforia, emoción y entrega.

“¿Cómo se encuentran esta noche? Estoy cantando en una de mis ciudades favoritas. Que sepan que la noche es de las mujeres y únicamente de las mujeres”, lanzó con ese tono casi como el de Vito Corleone, con el que le daba confirmación a su concepto, puertorriqueño, de la Cosa Nostra italiana.

Y en esa tónica cinematográfica, Rauw señaló que su cabeza tiene precio por sus enemigos, pero finalmente, su personaje siempre se sale con la suya. Así con un video que continuaba con la historia que empezó desde el inicio del show, ahora en un elevador con sus compinches, llegó De Carolina.

El escenario se convirtió en un cabaret de los años 50 en donde dos mesas ocupadas por mafiosos y chicas de la vida alegre compartieron el momento.

Y sí, esa sensualidad que exudaban sus bailarinas –que seguían a la perfección el guion– elevaron la temperatura cuando las primeras notas de Pantis y Brasieres se hicieron presentes junto con un coro gigantesco proporcionado por el público, a quien el puertorriqueño le dio una ayudada colocando la letra de la rola en las pantallas, para que nadie se perdiera.

La barra de La Perla XXXX, el cabaret donde se desarrolla parte de la historia recibió a Rauw Alejandro, junto con una de las bailarinas con quien mantuvo un diálogo de película justo antes de que el bartender los interrumpiera y el maestro de ceremonias entrara de nueva cuenta para invitar a la gente a unirse al encuentro con Déjame entrar, Santa, Mil Mujeres, El cuco, un medley de Tattoo, Fantasía y El efecto, para terminar el primer acto

Salto de Fe

La imagen de una calle neoyorquina con toda la estética de los 60 y el puente de Brooklyn de fondo acompañó a Rauw Alejandro, quien cambió su vestuario de traje de tres piezas por pantalón beige, camiseta y boina negra, mientras Revolú, Náufragos y Committed cimbraron el Palacio.

“Yo me quiero comprometer contigo, mami. Yo te amo”, se escuchó decir al reguetonero en su personaje que le prometía a María. Tras un speech, Rauw le enseñó a sus fans un baile: “un, dos tres, cha, cha, cha. Segundo paso, vueltecita, vueltecita, cadera, cadera. Tercer paso, pa’l ante, pa’ atrás…” para que lo acompañaran en La Old Skul.

Y entonces, él y María subieron a un auto convertible que corría por las calles de la Gran Manzana. Ella manejando y él dándole voz a la rola hasta llegar a un billar donde No me sueltes se hizo presente. Y fue ahí, fuera del billar, donde Rauw Alejandro encendió una vez más la locura cuando Todo de ti le arrancó el aliento y el alma a los fans del puertorriqueño.

Carita linda –donde mostró la bandera de Puerto Rico–, Besito en la frente, Guayaba y Amar de nuevo, en donde el recinto se iluminó con las lámparas de los celulares, dieron continuidad a la historia del migrante puertorriqueño que llegó a Nueva York y se convierte en parte de la mafia sesentera, y con la cual, en medio de una cascada de chispas de fuego, dio fin al segundo acto.

En la noche de Nueva York, Rauw Alejandro y María aparecieron en el escenario en una cama, y desde ahí el puertorriqueño no dudó en bailar de manera sensual, cachondeándose a María, a la vez que daba voz, vida y personalidad a 2/Catorce. Y en ese mismo contexto, con neblina en las ventanas, llegaron Buenos términos y Diluvio.

María le deja una nota a Rauw en el tocador del hotel donde se despide de él,

Cuarto acto: Entre el amor y la guerra

Y así fue como llegó el momento de “el aprendizaje”, según el maestro de ceremonias ya que llegó el tiempo de la salsa, de las raíces latinas y de un viaje en el tiempo cuando la música de los espectáculos en cabaret era lo más preciado. Pero también ahora, cuando Rauw Alejandro le llevó a una nueva generación estos sonidos y esas emociones con canciones como Cosa Nuestra, Falsedad y Tú con él, Silencio y Baja Pa’ Ca.

Rauw no desperdició la oportunidad de dar a sus fans un último empuje en la historia y en el musical al estilo Broadway que el puertorriqueño le trajo a sus fans mexicanos con canciones como Party, Lokera, Desenfocado y Mirando el cielo para acabar.