¿QUÉ ESTÁS BEBIENDO REALMENTE? ASÍ SE DISTINGUE EL TEQUILA DEL DESTILADO DE AGAVE
México goza de fama internacional gracias a su rica cultura, su variada gastronomía y, desde luego, sus tradicionales bebidas. Una de las más representativas es el tequila, elaborado a partir del agave, una planta icónica que ha sido utilizada desde la época prehispánica.
De esta misma planta surgen otras bebidas alcohólicas destacadas, como el licor o destilado de agave. Aunque suelen confundirse con el tequila, existen diferencias clave entre ellos que es importante conocer, sobre todo si disfrutas de una buena copa o si quieres asegurarte de haber hecho una compra acertada.
¿Qué es un tequila?
El tequila es una bebida alcohólica destilada exclusivamente del agave azul. Su proceso de elaboración está regulado por la Norma Oficial Mexicana (NOM), y su producción está protegida por la denominación de origen, lo que significa que solo puede producirse legalmente en regiones específicas: Jalisco (en todos sus municipios), Nayarit, Guanajuato, Michoacán y Tamaulipas.
El proceso para obtener tequila es meticuloso:
1. Se cosecha el agave cuando ha madurado, entre 6 y 8 años.
2. Se extrae el corazón o «piña» del agave.
3. Las piñas se cuecen en hornos especiales hasta obtener un jugo dulce.
4. Este jugo se fermenta y luego se destila una o dos veces, dependiendo del tipo de tequila.
5. Finalmente, el producto se embotella o se deja reposar en barricas para añejarse.

El resultado es una bebida versátil que se presenta en distintas categorías:
• Blanco o plata: sin añejamiento, sabor puro del agave.
• Reposado: se madura entre 2 y 12 meses en barrica.
• Añejo: se madura de 1 a 3 años.
• Extra añejo: envejecido más de 3 años.
Cada una tiene un perfil de sabor distinto, pero todas comparten una base común: el agave azul y un proceso estrictamente regulado.

¿Qué es el destilado de agave?
El llamado licor de agave o destilado de agave es una categoría más amplia y menos regulada. A diferencia del tequila, no necesita estar hecho exclusivamente del agave azul ni cumplir con una denominación de origen. Puede elaborarse a partir de cualquier especie de agave, o incluso combinarse con otras fuentes de azúcar como la caña o el jarabe de maíz.
Esto le otorga mayor flexibilidad en su producción, permitiendo una gran variedad de sabores, aromas y estilos. Su proceso de elaboración puede incluir fermentación, destilación y en ocasiones, aromatización o adición de saborizantes.
Los licores de agave suelen tener menos contenido alcohólico que el tequila (rondan los 25-30 grados frente a los 35-55 del tequila) y muchas veces se utilizan como base para cocteles o bebidas mezcladas con refrescos. También existen las cremas de agave o cremas de tequila, que combinan el licor con ingredientes lácteos para ofrecer una bebida suave y dulce, ideal como digestivo.

¿Qué es mejor, el tequila o el destilado de agave?
El tequila ha sido reconocido internacionalmente como símbolo de la cultura mexicana. Su denominación de origen fue la primera registrada en México y data de 1974. Gracias a esta regulación, se garantiza la calidad del producto y se protege el trabajo de los productores locales.
Por su parte, los licores de agave, al no estar sujetos a las mismas restricciones, pueden ofrecer opciones más económicas y accesibles, aunque también presentan una mayor variabilidad en calidad. Esto no significa que sean malos, sino que es importante conocer su origen y proceso para saber qué estamos consumiendo.
Así que la próxima vez que estés frente a una botella o que vayas a pedir una bebida, recuerda: no todo lo que proviene del agave es tequila, y no todo tequila es igual.