ONE LAST TIME, EL PALACIO DE LOS DEPORTES SE RINDE A SIR ROD STEWART
Rod Stewart fue uno de los pioneros en los conciertos masivos en México. Su primera aparición en el país fue en 1989 y ahora, después de 36 años, pareciera que el británico sigue hechizado con el público mexicano. Ayer 15 mil personas se rindieron a los pies de Sir Rod Stewart quien, con un show de casi dos horas, demostró que ni la edad ni las tendencias, ni tampoco la altura de la capital del país le va a impedir ser un rockstar el resto de su vida.
Un caballero inglés no puede no hacerle honor a sus tradiciones, por eso, en punto de las nueve de la noche, Sir Rod Stewart apareció en el escenario del Palacio de los Deportes en donde su regreso, después de dos años, se convirtió en una fiesta de la nostalgia para mayores de 50 que comenzó con Infatuation, la cual estuvo acompañada por un collage de recortes de periódicos, revistas y fotos que se proyectaron en las pantallas laterales del entarimado.
Para Sir Rod, los 80 años que tiene encima son sólo un número. Su espíritu rocanrolero y esa actitud que siempre lo han caracterizado lo hacen verse como si tuviera la mitad. Baila, hace pasos prohibidos y viste un saco de animal print y no le importa en lo más mínimo, él sigue siendo Rod The Mod cuando canta temas como Tonight I’m Yours (Don’t Hurt Me) y It’s a Heartache.
“Muchas gracias Ciudad de México”, lanzó el británico a su público que no dudó en darle una ovación ensordecedora antes de que First Cut se apoderara de los altavoces del recinto y donde la pantalla se transformó en un mosaico en donde Sir Rod y sus tres coristas —a juego con camisa blanca y mini falda negra con lunares blancos— se veían en cada uno de los cuadros que formaba el diseño de producción.
“Déjenme tomar aire”, dijo sólo para provocar a sus fans, quitándose su saco y dejando ver su camisa a juego con el animal print que tanto lo ha caracterizado en el tiempo.
Y sí, tomó un poco de aire para entonces bajar el ritmo un poco, nada que apagara la energía de la gente con It Takes Two, en donde una de sus coristas tomó el violín y le dio un toque aún más emotivo a la canción, acompañado de otra chica que no dudó en darle un toque casi angelical con el arpa, con el solo que arrancó la ovación del público.
“Esta canción es de 1976”, dijo Sir Rod, mientras la pantalla se llenaba de luces ascendentes en forma de brasas de fuego, mientras la imagen del londinense se mostraba en medio de la imagen para darle vida a Tonight’s Is The Night (Gonna Be Alright), en la cual algunos no dudaron en sumar su voz a la del legendario cantante.
Y entonces llegó ese himno que inmortalizó a Sir Rod en 1988. Forever Young apareció no sólo como una rola más en su set de la noche, sino como una declaración de lo que es ser uno de los rockstars activos más longevos de la escena.
Pero Sir Rod es un tipo compartido, ha vivido más cosas de lo que nadie se imagina y sabe lo importante que es recordar sus raíces y dar visión a los nuevos talentos. Por eso no dudó en meter un bloque en donde una banda tradicional irlandesa, con todo y los clásicos kilt de sus músicos, interpretó la música de Escocia.
Además, sus coristas, que también son músicos, dieron una probadita de cómo se baila esta música y cómo se interpreta, mientras Stewart aprovechó para cambiar su vestuario a uno completamente negro y regresar al escenario para enloquecer a sus fans.
“Que pasó, gran noche, gran audiencia”, dijo Stewart, sólo para recetarle a sus fans el éxito Baby Jane, con el que no se pudieron resistir de cantarla, algunos a todo pulmón, mientras que otros tenían su celular para atrapar un momento de la historia que se estaba escribiendo.
Sí, los boomers y las Gen X también graban en los conciertos. Y más si se trata de inmortalizar el clásico Young Turks.
Y como buen futbolero de corazón, Sir Rod no pudo dejar pasar la oportunidad para hacer visible, una vez más, su pasión por el deporte que une al mundo cada cuatro años. Así que con You’re in My Heart (The Final Acclaim) hizo una declaración de amor y lealtad al The Celtic Football Club, el equipo escocés al que sigue y apoya pase lo que pase.
Así llegó el turno de Maggie May, esa historia de esa prostituta que robaba a sus clientes de finales del siglo XIX, que inspiró a Stewart a hacer este tema para su disco Every Picture Tells a Story, de 1971, y sí, la rola llegó a muchos que hace más de 50 años ya escuchaban a Stewart y quien no dudó en llevar a su público a un viaje al pasado con I’d Rather Go Blind y Downtown Train.
Los más de dos mil 200 metros de altura de la Ciudad de México parece que le hacen los mandados a Sir Roderick David Stewart quien cuida su energía y la administra de forma magistral, llevando al público a un estado en donde él es joven por siempre, como lo dice su canción, y su legado eterno.
“Qué hermosa noche, muchas gracias”, dijo Rod después de que sus coristas le dieran voz a I’m Every Woman, original de Chaka Khan, y el diera voz al clásico I Don’t Want To Talk About It.