NAVIDAD GRIS EN KANSAS CITY; LOS BRONCOS SEPULTAN UNA ERA
La tarde de Navidad en el GEHA Field at Arrowhead Stadium no trajo regalos para la afición de Kansas City, sino la confirmación de un colapso que parecía impensable hace apenas un año. Los Denver Broncos, con una defensa asfixiante y un Bo Nix eficiente, se llevaron una victoria de 20-13 que deja a los Chiefs sumidos en el caos de una temporada para el olvido.
El partido fue un reflejo fiel de la campaña 2025 de los locales: una ofensiva inoperante y errores en momentos críticos. Con Patrick Mahomes fuera por lesión y un equipo que ha perdido cinco de sus últimos seis encuentros, la mística de «Chiefs Kingdom» se desvaneció bajo el frío de Missouri. Los números no mienten; Kansas City firma un récord de 6-10, quedando fuera de la postemporada por primera vez desde 2014, rompiendo una racha de títulos divisionales que parecía eterna.
Sin embargo, el marcador pasó a segundo plano ante la figura de Travis Kelce. Entre lágrimas y aplausos, el legendario ala cerrada abandonó el emparrillado en lo que medios y analistas señalan como su último baile en casa. Kelce, quien llegó a la liga en 2013, se retira (si se confirma su adiós en marzo) como el máximo referente de su posición en la historia moderna. Deja un legado que incluye tres anillos de Super Bowl, diez selecciones al Pro Bowl y el récord de más temporadas consecutivas con más de mil yardas para un tight end.
El contraste es doloroso. Mientras Denver celebra su dominio en la AFC Oeste, los Chiefs enfrentan una reconstrucción forzosa. La imagen de Kelce abrazando a sus compañeros en el centro del campo marcó el fin de una dinastía. Los pobres números del equipo este año, apenas promediando 20 puntos por partido y una de las peores tasas de conversión en tercer down de la liga, son el epitafio de una temporada que pasó de la esperanza al lamento. Hoy, Kansas City no solo perdió un juego; parece haber perdido su identidad.

