NATALIA LAFOURCADE, A PUNTO DE TURRÓN TRANSFORMA EL AUDITORIO

Con siete meses de embarazo, la paz que le da la música, su “pastelito de amor” y el David Aguilar y Adán Jodorowsky como invitados, es como Natalia Lafourcade se presentó frente a 10 mil personas en el Auditorio Nacional con Cancionera, reafirmando el compromiso que tiene con su música y sus fans.

Ataviada con un vestido blanco que simulaba los trajes típicos mexicanos, Natalia apareció en el escenario la noche del martes, en medio de los músicos que la acompañan, y se encontró con una ovación que le sacó la sonrisa antes de que su voz inundara el recinto de Paseo de la Reforma cuando las primeras palabras de Cancionera volaron sobre el público.

Natalia tiene un halo de nostalgia que la acompaña a todos lados, y parece que es precisamente eso lo que hace que su público no interrumpa sus interpretaciones y la escuche en silencio, con toda la atención sobre ella. “Buenas noches, México, bienvenidos al Auditorio Nacional, qué bonito estar aquí, gracias”, dijo Natalia para que los aplausos aparecieran y se apagaran de inmediato para continuar escuchándola.

Por un momento, el Auditorio llevó a muchos a esos recintos de los años 40 y 50 en donde el bolero y las coristas hechizaban a los presentes, bueno, pues así lo hizo Natalia mientras daba vida a Cariñito de Acapulco.

Sonriente, lanzando besos y con su mano en el corazón sintiendo como palpitaba con los piropos de sus fans, la cantante no podía ocultar la felicidad de saber que su música la conecta con las personas en un nivel tan emotivo que los mantiene atentos, sin celulares en la mano, simplemente escuchando y sintiendo canciones como Mascaritas de cristal.

De pronto, Natalia decidió que era momento de sentarse en el banquito colocado en el centro del escenario. “Un enorme placer estar aquí celebrando la canción, compañía de tristezas y alegrías”, lanzó antes de que De todas las flores comenzara a crecer en los altavoces.

Bravo, Natalia”, “Soy tu novio, Natalia”, le gritaba el público y ella sonreía, y mucho.

Muchísima gracias, qué lindo es estar aquí, qué emocionante, se sienten muchas mariposas y libélulas y más aquí en la barriga, estoy cocinando un pastelito de amor y de vida, me gusta mucho que la canción es compañera, es maestra, es amiga, es regañona, es amparo, la siguiente canción la compuse en un momento partidito, roto, con la intención de recordarle a mi alma que la vida se trata de vivir en libertad y en felicidad y qué bonita la naturaleza que nos acompaña con sus mensajes, con sus aves espirituales… como el pajarito colibrí”.

Y así llegó el turno de Pajarito colibrí y María la curandera, después de orgullosamente hablar de su estado maternal, haciendo que, con esta última, el público aplaudiera al ritmo que marcaba y ella bailaba cadenciosa y sonriendo.

Si al final del concierto ya no puedo cantar, ustedes cantan por mi. Salud, con agüita bendita. Quiero pedir un gran aplauso para mi querido amigo David Aguilar, aquí presente en el Auditorio Nacional”, dijo Natalia para presentarlo.

Agradezco estar aquí en el Auditorio Nacional con Natalia Lafourcade cantando una canción mexicana”, lanzó el originario de Sinaloa. “Que viva la música y las amistades”, respondió Natalia y juntos llevaron al público a un momento bohemio que lo mismo podría suceder en una cantina de un pueblito, en la playa frente a una fogata o en la sala de una cabaña con canciones como Cómo quisiera quererte, Soledad y el mar, El coconito y El palomo y la negra.

Ya saben que para mí México es una gran inspiración, tiene de todo, de la luz y oscuridad como todo en la vida, pero me encanta su luz, su comida, su gente tan bonita que hasta en la tragedia nos reímos. Y la música tradicional mexicana es una de las que más me gusta y también me intimida, pero para Cancionera quise interpretar La bruja… vamos para allá”, dijo la cantante, quien parecía había lanzado un hechizo sobre su público que no le quitaban la vista de encima.

Natalia sabe del poder de su voz y su música, por eso no dudó hacer cantar casi a capela a su público Nunca es suficiente, y fue eso lo que hizo que a varios les corriera una descarga eléctrica por el cuerpo, de esas que hacen que los vellitos se ericen.

LAFOURCADE Y ADÁN JODOROWSKY LE DIERON VIDA A LUNA CRECIENTE

Y con esa sensación flotando en el Auditorio, subió Adán Jodorowsky, sin aspavientos, sin ruido, sólo con su guitarra para darle vida a Luna creciente. Él hizo la entrada de la canción, Natalia lo siguió, y en algún punto sus voces se hicieron una para erizar a 10 mil almas que los escuchaban y veían. Y a quienes le dieron una segunda dosis de su talento con El lugar secreto. “Quiero mucho a esta mujer, hemos hecho mucha música bonita. Te quiero, Natalia”, dijo Jodorowsky antes de bajar del escenario.

Natalia no dejó de disfrutar cada momento con su gente en donde esas dos horas se convirtieron en una celebración al amor bonito, no al tóxico, como lo hizo con Tú sí sabes quererme, o como fue Mi veracruzana y La bamba, las que celebraron a su querido Veracruz.

Qué bonita la música, valoro muchísimo que podamos estar aquí, en este concierto celebramos muchas cosas, celebrar que muy pronto me voy a ir a parir, es una cosa muy importante por lo que no me van a ver en mis plataformas porque voy a conectarme con mi bebé, una disculpa a mi marido si estoy siendo muy abierta, pero es que estoy muy feliz”, dijo al terminar Lo que construimos.

Siento que la música es una fuerza muy potente para ayudarnos, unirnos, protegernos y cuidar a nuestra tribu, quiero decir esto porque ahora el mundo está hecho un desmadre, hay muchísimo dolor, muchísima cosa estúpida pasando.

De verdad que la música, el arte, la expresión es una esperanza enorme, hay que cuidar muchísimo de estos espacios y de esta conexión que podamos tener aquí y muchos de estos cantos yo los dedico en energía, en presencia, en respeto a tanto que está ocurriendo en el mundo y que somos afortunados de poder tenernos cerquita y poder conectarnos a través de la canción, de poder reconocer nuestras vidas y nuestras historias”, lanzó para darle voz a Hasta la raíz, que fue el preámbulo del regreso de Aguilar y Jodorowsky con quienes dio vida a Cocos en la playa y finalmente despedirse con Partir de mi.