7 de noviembre de 2024
Espectáculos

MANÁ, HISTORIAS COMPARTIDAS

Con un mensaje a favor del cuidado del medio ambiente, del orgullo que portan por ser mexicanos y con el relato de anécdotas como la caída del escenario de Fher, Maná se plantó en el Auditorio Nacional ante nueve mil 600 personas, según los organizadores, para cantar sus temas de amor, desamor, pachangones y rebeldía, con un recorrido de su trayectoria de casi cuatro décadas.

A las 9:22 horas de ayer, la pantalla frontal que cubría el fondo del escenario y que anticipaba el título de la gira, México lindo y querido 2024, reveló a los cuatro integrantes de la banda tapatía.

Así, Fher Olvera, en la voz; Álex González, en la batería; Sergio Vallín en la guitarra eléctrica y Juan Calleros en el bajo eléctrico, se presentaron ante su gente con Manda una señal y, sin más, De pies a cabeza, haciendo que las almas ahí reunidas se levantaran de sus asientos para bailar y cantar los temas con los que crecieron.

Fher tomó el micrófono para saludar a los suyos, en una ciudad en la que las canciones de Maná son parte del cotidiano.

 ¡Muy buenas noches, Ciudad de México! ¡Qué gusto estar nuevamente en el corazón de nuestro México, de nuestro país que tanto amamos! Estamos tan orgullosos de llevar el corazón mexicano y de ser mexicanos.

 Vamos a venir más seguido. Los habíamos extrañado un montón. Estuvimos en festivales, pero en un lugar chico los podemos sentir más de cerca. La vamos a pasar poca madre”, expresó Fher.

Tras tal saludo vino Corazón espinado, en el que la letra cambió a propósito de este instante tan excepcional: “Cómo duele el amor cuando uno es ¡bien mexicano!”.

Entre luces de tonalidades azules y rojas, sonó Labios compartidos, en la que Fher dio voz al Auditorio Nacional y caminó hacia sus seguidores en un escenario que, al frente destacó un pasillo para los integrantes de la banda y dejar espacio a los más fans a los costados del mismo.

 Quiero agradecer a toda la banda que me ayuda a cantar. Tenía un rato que no me lastimaba las cuerdas vocales, pero con los cambios de temperatura y el ir y venir… bueno, ya estoy mejor, pero gracias por la ayuda. Se agradece su cooperación. Me tuve que aventar dos pinchazos en las nalgas. Así es esto del rock and roll”, dijo Fher acerca de la afectación en la garganta, que no le impidió cantar en ningún momento.

MENSAJE POR LA MADRE TIERRA

Después, el mensaje por el cuidado del planeta arrebató la reflexión del vocalista.

 Sigue un tema que lo escribí cuando todavía no tenía hijos, pero veía para donde nos estábamos dirigiendo con el planeta, el consumismo y el sistema, que ha tenido beneficios, pero que también ha maltratado profundamente a la madre Tierra y tampoco es que los gobiernos latinoamericanos hayan hecho mucho. Así que hay que actuar localmente. Pensar global y actuar local”, expresó Fher para cantar ¿Dónde jugarán los niños?, en la que se acompañó de un elefante gracias a un inflable.

Bendita tu luz y Vivir sin aire, canciones clásicas de su repertorio y recordó cuando se cayó del escenario en un concierto en República Dominicana.

“No nos vayamos a dar otro putazo. Ya vieron que una vez me puse un chingadazo. Fue una mamada, porque no pasó lo que pasó. Pasó a la mitad… por este güey, el pinche Coco” y señaló a un integrante de su staff “ese día Coco no estuvo ahí. Andaba con una vieja y no puso la cinta”, recordó.

Llegó Mariposa traicionera y con vaso en mano de cerveza, aunque su médico indicara lo contrario, siguió Se me olvidó otra vez con un coro monumental y Oye mi amor.

UN INOLVIDABLE SOLO DE BATERÍA DE ALEX

Alex González se quedó solo en el escenario y su instrumento fue iluminado. Con las baquetas y como si fuera tan fácil de domarla, las lanzó al aire y jugó con ellas entre cada platillo, a diferentes ritmos, velocidades y fuerza. Sentado, de pie y como todo un domador, durante alrededor de siete minutos dio cátedra de lo que puede hacer y ha perfeccionado durante años. Al terminar, con una gran sonrisa, dio las gracias al frente y aventó las baquetas a la gente, que las recibió con un preciado regalo.

Llegó la parte bohemia con Te solté la rienda, Te lloré un río y El reloj Cucú, que Fher dedicó a su madre y a todas las madres solteras y a las que dedican su amor y tiempo a sus hijos.

 Se la dedico a mi madre que me crió en Tlalpan. Vengo de una familia que crecí viendo (el esfuerzo de su madre) y por eso tengo tanto afín de entender a las mujeres y las madres solteras que siempre dan lo más profundo del corazón.

 También va para quienes se les ha ido una madre o un padre. Que esa gota de luz se mande a todo el universo”, dijo y luego, al finalizar de cantar, se agachó un poco para decir que la sensación de interpretarla en este recinto era un poco fuerte.

 Vamos a tener que volver a venir a México”, señaló más tarde tras Eres mi religión y Huele a tristeza.

Para Me vale un guitarrista subió con ellos y Alex explicó que ganó un concurso para estar junto a ellos y tocar.

La noche llegó a su fin con El muelle de San Blas, Clavado en un bar, en la que Fher cantó acostado y abrazando la bandera de México, y Rayando el sol.