HASTA 50 AÑOS: AUSTRALIA CREA LA PRIMERA BATERÍA DE AIRE EN LA HISTORIA

Hasta 50 años: Esto es lo que puede durar la primera batería de aire creada en la historia. Australia es la encargada de haber lanzado este proyecto. Un proyecto pionero que, como vas a ver, puede marcar un antes y un después en el futuro de la energía sostenible.

Un avance en el almacenamiento de energía renovable gracias a esta batería de aire

El proyecto va mucho más allá de lo que se pueda pensar. Y lo mejor, no es un sueño, ya ha sido aprobado con una inversión de 638 millones de dólares. Se llevará a cabo en las afueras de Broken Hill, y tiene como principal meta dar una solución para un problema muy común hoy: almacenar energía.

Está desarrollado por la empresa Hydrostor, y se centrará en el uso de un sistema de almacenamiento de aire comprimido bajo tierra, una tecnología que permitirá almacenar energía cuando no se necesite, es decir, cuando haya baja demanda. Así, en el momento en que se necesite más, podrá estar lista para usarse.

Este método evitará la generación de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en una alternativa perfecta si lo comparamos con otros modelos. La planta se llamará Silver City Energy Storage Centre, y tendrá una capacidad de 200 MW. ¿En qué se traduce?

En que permitirá almacenar hasta 1600 megavatios-hora de energía. Según los cálculos, el sistema será capaz de dar energía a unos 80 000 hogares. Esa, sin duda, es una cifra importante.

Tecnología para un futuro sostenible y limpio

El proceso de almacenamiento de energía por aire comprimido funciona así: en períodos de baja demanda, donde la electricidad generada por fuentes renovables, o bien, el sistema eléctrico, se usa para accionar un compresor.

Después, este aire comprimido genera calor en su proceso de compresión y se almacena en una especie de mina subterránea. Esa especie de batería. Cuando se necesita energía, el aire se libera, se calienta y se expande por turbinas… Así se hace la magia, se genera la energía.

Este sistema tiene la ventaja de no depender de combustibles fósiles ni de generar contaminantes, lo que lo hace ser una “superopción”. Además, la vida útil del proyecto se estima en más de 50 años, por lo que, sin duda, es una buena inversión a largo plazo.

Hacia un modelo energético más limpio y sostenible

Este proyecto es solo uno de los muchos avances que Australia está haciendo en lo que es una carrera “limpia” por conseguir un modelo de energía mucho más sostenible. En otros lugares, hay tecnologías similares de almacenamiento que también han demostrado ser bastante eficaces.

Por ejemplo, en Alemania, hay una planta de almacenamiento de aire comprimido en Huntorf que ha estado operando muy bien desde la década de 1970. De igual forma, en Estados Unidos, el sistema de almacenamiento de McIntosh ha sido una pieza central para conseguir algo vital: la estabilidad de la red eléctrica.

El Silver City Energy Storage Centre no solo tiene la promesa de mejorar la red eléctrica, sino también de poder fusionarse con las fuentes de energía renovables y optimizar su intermitencia. Así es como se garantiza un suministro constante en el tiempo y sin daños o consecuencias para la humanidad.

Este proyecto va más allá de lo esperado, una batería de aire… Así es el proyecto conocido como Silver City Energy Storage Centre. Un proyecto que marca un avance significativo en la manera en que se gestionan y almacenan las energías renovables. A medida que buscamos alternativas más limpias para generar y almacenar energía, vemos cómo la perspicacia y agudeza humana siguen sumando puntos y, así, se consiguen grandes avances como este.