GUNS N’ ROSES: TRAEN EL PARAÍSO DE VUELTA A CIUDAD DE MÉXICO
Después de tres años de no tocar en la Ciudad de México, Guns N’ Roses premió la lealtad de 40 años a sus fans con un show que incluyó todas aquellas rolas que les dieron un lugar en la historia del hard rock y la música, y el reconocimiento a músicos que los marcaron a ellos. Con un video en el que apareció el clásico logo de la banda y un sonido casi imperceptible, Guns N’ Roses hizo desatinar a sus fans, quienes pensaron que el audio estaba fallando… pero no, los primeros acordes de Welcome to The Jungle desataron la locura en la pista y las gradas donde las cervezas comenzaron a volar.
Axl, Slash, Duff, Dizzy, Isaac, Richard y Melissa tomaron su espacio y la locura comenzó.
Mexico City”, dijo un Axl que pisó suelo mexicano hace 33 años y que ahora, si bien ya no usa mallitas cortas y trae el cabello corto, sigue teniendo la misma actitud desafiante de siempre.
Slash sigue haciendo magia con su guitarra y Duff le da ese poderoso sonido a cada canción con su bajo y su voz de soporte que inspiran a los cuarentones a sacar un porro y darle una calada… como cuando eran adolescentes y Guns era su voz.
Bad Obsession y Mr. Brownstone fueron hilando la historia de los angelinos quienes decidieron cerrar su gira Because What You Want & What You Get Are Two Completely Different Things en México, donde tienen un ejército de fans que no dudaron en emular la moda que impusieron a finales de los 80 y 90: franelas, jeans rotos, pantalones de piel –o algo así–, sombreros de copa y muchos estoperoles.
It’s So Easy fue como un golpe al pasado, a ese primer disco que los catapultó a la fama mundial, el Appetite for Destruction, en donde reflejaban el hambre que tenían de volverse una de las bandas más reconocidas y peligrosas del mundo del heavy metal.
Gracias”, dijo Axl en español justo al terminar Pretty Tied Up, la cual dio paso a Chinese Democracy. “¿Cómo están? Buenas noches”, dijo y entonces todo explotó con Yesterdays y Live and Let Die, el cover de Wings, que se hizo presente, enloqueciendo a todos por igual.
Y si algo ha tenido Guns a lo largo de 40 años de carrera es que reconoce a sus héroes, aunque parezca imposible. Sí, los angelinos, al igual que en todo el resto de la gira, no dudaron en darle vida al tema Knocking’ On Heaven’s Door, de Bob Dylan, con todo y sombreros de vaqueros. También hicieron un significativo homenaje a Black Sabbath y Ozzy Osbourne, cuando el espíritu del Príncipe de las Tinieblas abrazó el escenario con Sabbath Bloody Sabbath.
You Could Be Mine se convirtió en el momento en el que muchos hicieron volar las cervezas en la pista, a la cual siguieron temas como Estranged, Sweet Child O’Mine, Patience, Nightrain y Paradise City, con la cual cerraron la velada de casi tres horas.

