GUILLERMO DEL TORO MUESTRA SU LADO MUSICAL EN CANNES
Guillermo del Toro y Alexander Desplat dieron ayer una lección de música en el Festival de Cannes y hablaron de sus colaboraciones, pero también de lo que debe tener una composición para el cine y los dos coincidieron en que debe “emocionar”.
“Tenemos que permitirnos tener emociones, el arte es emotivo, soy mexicano y soy extremadamente sentimental”, afirmó Del Toro como si de una declaración de intenciones se tratara.
Y agregó: “la emoción es el nuevo punk, es algo a lo que gente no se arriesga, pero nosotros sí nos arriesgamos”.
Hablaba junto a Desplat de las bandas sonoras, las que les han marcado y en las que han colaborado, para “La forma del agua” (“The Shape of Water”, 2017) y “Pinocho” (“Pinocchio”, 2022) y en la que están trabajando para “Frankenstein”, la nueva película de Del Toro, que debe estrenarse este año.
“El cine Guillermo es muy lírico y Mary Shelley -la autora de ‘Frankenstein’- también, así que la música de ‘Frankenstein’ será muy lírica y sentimental, no estoy escribiendo música de terror”, precisó el compositor francés.
A lo que Del Toro añadió que se trata de una historia “sentimental” para él y que nunca ha pretendido hacer una película de terror, aunque dijo que de tanto preguntárselo la gente, igual se lo piensa mejor.
Pero defendió que “Frankenstein” no es un monstruo, como se le ha mostrado en ocasiones anteriores, la percepción que tenemos de él es por el hecho de que “la gente mira a los otros de manera incorrecta”.
Será la tercera colaboración de Del Toro con Desplat, a quien admira desde hace muchos años aunque no contactó por primera vez con él cuando ganó el Oscar por su composición de “The Grand Budapest Hotel” (“El gran hotel Budapest”, 2014), de Wes Anderson, uno de los directores con los que más ha trabajado.
Con Desplat es con el primer compositor con el que Del Toro ha acudido a las grabaciones de la música porque para el francés es importante que el director le diga lo que siente desde el punto de vista sentimental.
Fue algo que le gustó mucho a Del Toro, para quien la música es el único momento de la producción de un filme en el que se sorprende.
“Yo cocino para todos todo el tiempo y con Alexandre es con el único con el que soy yo el que pruebo cosas”, explicó el mexicano.Y para Desplat, es una gran ayuda la pasión por la música del director de “El laberinto del fauno” (2006), que además siempre está abierto a sugerencias. “Yo necesito que el realizador me escuche”, afirmó Desplat.
Para Del Toro la música es esencial para entender el cine, tanto qué solo escuchando una banda sonora, con los ojos cerrados, es cuando puedes evocar sin problema una película.
Ahí señaló por ejemplo la impresión que le causó la composición de John Williams para “Tiburón” (“Jaws”, 1975), de Steven Spielberg.
También Desplat señaló a Spielberg, además de a Martin Scorsese o Robert de Niro, como sus ídolos de adolescencia y los que le hicieron entrar en el mundo cinéfilo y en la historia del cine.
Escuchaba toda la música que podía del cine de aquella época y eso le descubrió que era posible componer otros estilos y que la música aportaba a las películas “una dimensión suplementaria”.
En su caso, siempre le ha gustado introducir ritmos africanos, brasileños o griegos, cosas improbables que dejan volar la imaginación, que es la clave de todo.
Pero al final, lo que intenta es “hacer música accesible, sencilla pero no infantil” y para ello hay que trabajar muy duro para encontrar una buena melodía y llegar a los buenos acordes.Porque, como dijo Del Toro, “la cámara se mueve como una ola y captura el sentimiento, la película trata de hablar y su voz llega con la música”.