GALERÍA LABOR: ARTISTAS QUE PONEN EL DEDO EN LA LLAGA
“Los artistas que tienen una base investigativa ponen el dedo en llagas que aún no se ven”, afirma la historiadora del arte mexicana de origen chileno Pamela Echeverría (1973).
Me interesa promover la obra de creadores que poseen posturas críticas y cuestionadoras”, agrega en entrevista con Excélsior. “No me importa de qué país son o cuál es su edad, sino su pensamiento; y que su línea de reflexión dialogue con nuestro tiempo, que cuenten historias de la actualidad”.
A partir de estos conceptos, la egresada de la Universidad Iberoamericana fundó en 2009 la galería
Labor en una casa de la colonia Ampliación Daniel Garza, construida por el arquitecto Enrique del Moral en 1948, que ha sido objeto de importantes intervenciones y modificaciones, aunque conserva gran parte de la estructura y del jardín.
Con un catálogo de 22 artistas jóvenes, de mitad de carrera y consolidados, tanto mexicanos como extranjeros, entre ellos Jill Magid, Pedro Reyes y Héctor Zamora, Labor festeja sus 15 años con la exposición Bread & Roses que reúne 11 obras de nueve de sus autores.
Las propuestas creativas que el recinto ha presentado abordan temas como la vida diaria, valor y cambio, sistemas económicos y sus estructuras sociales, la explotación de recursos naturales, la ética del comportamiento humano y las estructuras políticas ocultas de la sociedad, entre otros.
Llamaba la atención que no le hubiera puesto mi nombre a la galería. Se cree que es la personalidad del galerista la que define al proyecto. Es cierto. Pero, al final, el contenido es un conjunto de voces que te informan sobre lo que está pasando en el mundo. La llamé Labor porque mis intereses exigían un rigor académico”, comenta.
Esta palabra se conecta con mi historia personal. Soy chilena, pero llegué a México a los 3 años de edad, porque mi familia se exilió por la dictadura. En Chile, la labor se refiere al bordado y al tejido que hacen las niñas. Mi abuela siempre me mandaba a hacer mi labor. Y yo sentía que era el momento en que me encerraba sola a hacer mis cosas”, agrega.
La también diseñadora industrial recuerda que empezó a trabajar con artistas que se ocupaban del cambio climático desde hace más de 20 años.
Una de las primeras exposiciones fue de la argentina Irene Kopelman. Le interesa observar y analizar cómo trabajan los científicos, para después producir arte a partir de información que nos afecta a todos, como el diseño de las vacunas del covid. Incluso, se fue tres meses a la Antártida a estudiar los glaciares cuando comenzaban a deshacer”, explica.
Menciona también a Erick Beltrán. “Un artista e investigador que se ha interesado en los conceptos de edición y cómo se estructura ese discurso. La pieza que te recibe en la galería es un ejercicio suyo, Imprimiendo mentiras, en la que invita a las personas a escribir una mentira para que él le dé un formato y la publique en un periódico. Cuestiona la veracidad de la información”.
La curadora destaca el trabajo de dos artistas más: Antonio Vega Macotela y Pedro Reyes. “Antonio realizó durante cinco años un proyecto en las cárceles, generando con los reos una moneda de cambio basada en el tiempo, luego lo extendió con soldados y ahora con hackers.
Y Pedro muestra el uso, para hacer sus piezas, de armas recicladas que vienen de Estados Unidos, pero que fueron utilizadas en las regiones vecinas, por el Ejército mexicano y luego destruidas. Él les da nueva vida, contenido y significación”, indica.
Echeverría piensa que la misión de una galería es vender. “Pero no significa intercambiar un objeto por dinero. Tu vendes también un proyecto a un museo, una idea a la ciudad. Nuestro trabajo es promover, que el nombre de un artista resuene en la cabeza del público, como el anillo con las cenizas de Luis Barragán de Jill Magid, nunca pensamos que tendría esa promoción”, confiesa.
Dice que la pandemia la cambió. “En aras de la investigación rigurosa, siempre había dejado las cosas bellas de lado, me interesaban más las ideas. Durante el confinamiento, me di cuenta que necesitaba pinturas hermosas y flores. Me complementé como ser humano. Ahora persigo el balance entre lo denso y lo bello”.