DECLARAN PATRIMONIO CULTURAL ESTADIO XALAPEÑO

El gobierno de Veracruz emitió un decreto que declara Patrimonio Cultural del estado de Veracruz al Estadio Heriberto Jara Corona, que se ubica en Xalapa, la capital veracruzana.

Construido en 1925 por el ingeniero Modesto Rolland Mejía, el estadio xalapeño fue considerado en el proyecto de la Ciudad Jardín, planteado por la vanguardia estridentista, un movimiento artístico y cultural que tuvo auge en la década de 1920.

El estadio, ubicado en la zona universitaria, ha sido modelo en las escuelas de arquitectura, pues una de sus principales características es el techo volado realizado en una sola pieza, con un colado de 3 mil 100 metros cuadrados.

El inmueble cuenta con columnas de estilo neoclásico rematadas con esculturas que representan la competencia de los luchadores griegos Creugante y Damoxeno, símbolo de los valores éticos del deporte.

SE EDIFICÓ POCO MÁS DE DOS MESES

Otra característica de esta construcción es que fue edificada en 2 meses y 17 días. Su inauguración fue el 20 de septiembre de 1925 y la encabezó el presidente Plutarco Elías Calles.

La Secretaría de Cultura Veracruz, brindó acompañamiento a esta iniciativa ciudadana, realizando mesas de trabajo para definir el sentido de la declaratoria que constituye, sobre todo, una medida precautoria para la preservación del inmueble y el fundamento para la consecución de recursos estatales y federales destinados para ello. Además sienta las bases para el desarrollo de acciones tales como: un diagnóstico del estado de conservación actual; un plan de manejo que comprende, desde su protección hasta su rehabilitación del inmueble; un manual de normativa técnica para la intervención y conservación; y una estrategia de promoción como sitio de interés turístico y cultural.

Esta acción contribuye a la Convención para la protección del patrimonio mundial, cultural y natural adoptada en París, Francia, el 23 de noviembre de 1972, en la que el Estado mexicano toma parte y responsabilidad. Con ello se busca reforzar las seguridad ante los posibles efectos perjudiciales e irreversibles en el disfrute de los derechos culturales y la participación de las personas en la vida cultural.

Este recinto fue usado para los festejos de los antiguos carnavales y en 1953 se abarrotó ante la visita del cantante Pedro Infante, quien en un acto de solidaridad con quienes no podían pagar un boleto, pidió que se abrieran las puertas y que entraran todas las personas que se encontraban en el exterior y en las lomas aledañas, con la garantía de antemano que pagaría de su bolsillo la taquilla.