25 de enero de 2025
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CAFÉ TACVBA, “DE SATÉLITE PARA EL MUNDO”

Magia, eso es lo que hace Café Tacvba en el escenario… y lo ha hecho desde hace 35 años. Su creatividad y autenticidad los han colocado como una de las bandas más emblemáticas de México y ayer no dudaron en agradecer a su público con un concierto inolvidable.

No importaba el frío o lo complicado del tránsito decembrino, había que llegar a ver a los tacvbos y 65 mil personas lo lograron sólo para llevarse un regalo adelantado de Navidad: un recorrido por la historia de la banda que ha marcado a más de tres generaciones.

Un grupo de catrines y catrinas arrancaron la velada haciendo un baile zapateado que fue la introducción para que Quique y Joselo Rangel tomaran su lugar y sus instrumentos en el escenario; la ovación del público no se hizo esperar y se convirtió en un alarido cuando Rubén Albarrán apareció al fondo, detrás de los bailarines haciendo lo propio y tocando las percusiones.

Los primeros acordes de María prepararon al público para comenzar a cantar el tema con Rubén, quien con su atuendo en blanco y sombrero de yute hizo recordar al Pinche Juan, el personaje del primer disco que la banda lanzó y fue entonces que la melódica de Meme del Real arrancó la ovación.

Una pasarela que cruzaba la zona general A, dos pantallas laterales del escenario y dos más justo donde empieza la zona general B del Estadio GNP Seguros hicieron que los tacvbos estuvieran más cerquita de toda su gente, esa que los ha acompañado en su viaje sonoro por más de tres décadas, y en esta celebración no podía faltar Las batallas y Rarotonga, clásicos de 1992, en las que Rubén dio muestras de esa energía que lo ha caracterizado siempre.

 Muchachas, muchachos, ¿cómo están todos ustedes? ¡Qué inmensa alegría! Esta noche para nosotros es muy significativa, 35 años y se nos vienen las imágenes, los pensamientos y los recuerdos, nunca pensamos que íbamos a tocar frente a tantas personas y tantas veces, por eso estamos tan agradecidos”, dijo Rubén.

Cómo te extraño mi amor fue una de esas canciones que hicieron que muchos recordaron esos primeros romances verdaderos, de esos que llegan, y que cuando acabaron esta rola fue una de las que se cantaban con el corazón. “Quiero verlos con sus palmas”, exclamó Rubén; la gente aplaudió, mientras Joselo y Quique caminaban casi en cuclillas por la pasarela y tocaban.

Una breve pausa y un cambio de vestuario de Rubén a un traje rojo que dejó clarísimo que era momento de recordar —y celebrar— Re, disco que cumple este 2024 30 años, y El Metro, esa rola que recorre las estaciones de la capital del país, se hizo presente.

 Muchas gracias, muchachos, casi no agarro el Metro. Es hora de dar vuelta, y vueltas y aquí seguimos”, lanzó el vocalista, quien en 1994 y con este disco era conocido como Cosme, antes de que le diera vida a El ciclón, en donde la brisa de algunos toques de mariguana se dejó oler entre los asistentes, mientras que otros daban vueltas y vueltas mientras saltaban al ritmo de la rola.

Fue entonces cuando Meme se apoderó del micrófono y, en medio de una lluvia de luces blancas que iluminaban el escenario y al público, dio vida a 53100, rola del disco de 2007, Sino. Minutos después apareció Elfego Buendía, el personaje al que Rubén dio vida durante este disco y así dar paso a Esta vez.

Una salida de Rubén que Meme aprovechó para mostrar sus dotes de cantante y de bailarín cuando con esa voz que lo caracteriza y los movimientos de cadera y cintura acompañaron a Aprovéchate.

 Es como cuando estás en la fiesta y sacas el mantel de la abuelita”, dijo Rubén vestido de tehuana, en el papel de Amparo Tonto Medardo In Lak’ ech, al presentar a La Banda los Inútiles, con quienes los tacvbos interpretaron La muerte chiquita, del Revés/Yo Soy.

 Es uno de nuestros más grandes invitados porque es parte de nuestra banda, un fuerte aplauso para Gustavo Santaolalla. Gracias por estar aquí con nuestros amigos y con nuestros hermanos”, lanzó Rubén ya en papel de Zopilote, para darle la bienvenida al productor argentino que los lanzó al mundo en la década de los 90. Fue con Olita de altamar, del Jei Beibi, que Santaolalla no dudó estar con los tacvbos en el festejo, en la que todos bailaron.

Quique tomó el micrófono y con Futuro, también del Jei Beibi, demostró que no solo su habilidad con las manos para los instrumentos, sino que su voz, es una de las marcas que hacen que Café Tacvba sea lo que es.

Llegó el momento para El aparato y con esta rola Rubén se colocó el sombrero que hace juego con la playera de los senos de una chica. “En la pandemia hicimos nuestro segundo unplugged, llegó el maldito bicho y nos tuvimos que encerrar y lo hicimos, nos quedamos con muchas gana de presentarlo, por eso les trajimos un pedacito”, compartió.

Y parecieran que las palabras del sateluco fueron la señal de entrada para un clásico organillero que hizo la intro para Mediodía, a la cual siguieron El espacio, La locomotora y Volver a comenzar, con las cuales el público no pudo aguantarse el no cantar, alumbrar con sus celulares, bailar y saltar.

Con la guía de Rubén en los aplausos y la voz de Meme fue como Pájaros se hizo presente en el inmueble para dar espacio a una de las canciones más bonitas de los chicos, Las flores. Pero sin duda una de las mayores celebraciones de la noche fue la chilanguería y el tema de Jaime López que Café Tacvba inmortalizó en la memoria colectiva y que no podía faltar: Chilanga Banda.

Para el último tramo del show, los tacvbos no escatimaron en nada. El fin de la infancia, Déjate caer —en la que hicieron su ya famosa coreografía y apareció Gallo Gass— y La chica banda fueron parte del gran final con No controles, La ingrata, Eres y El baile y el salón.

Matehuala
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